Cuando hayas encontrado un carro en el cual estés interesado comprar, una de las primeras cosas que querrás hacer es inspeccionar y probar el manejo de este vehículo. Esta es la mejor manera de eliminar los carros malos de aquellos que tienen mejor potencial para comprar.
Cuando evalúes un carro usado, tendrás que tener dos puntos importantes en tu cabeza. La primera es si te gusta o no el vehículo. ¿Te gusta el color? ¿Te gusta el interior? ¿Tiene suficiente espacio para la cabeza y las piernas? En segundo lugar, querrás saber si el carro está en buenas condiciones mecánicas. Estos dos factores te ayudarán a decidir si en verdad te gusta o no el carro.
Si en realidad te gustó el vehículo, tendrás que hacerte un par de preguntas adicionales. ¿Funcionará bien a largo plazo? ¿Estará en buenas condiciones en seis meses o vas a tener que repararlo y gastar dinero en él? Es importante saber que en muchas situaciones tendrás que gastar una cierta cantidad de dinero en un carro usado. Normalmente no se encuentra un carro usado que no necesite ningún tipo de reparación o arreglo.
Cuando realices una prueba de manejo, llévalo a tu mecánico. Si estas pensando seriamente en comprar el carro, es posible que tengas dudas con respecto a las condiciones mecánicas. Lleva el vehículo a tu taller o mecánico y pide que le hagan una revisión completa. Muchos mecánicos estarán más que contentos en probar el vehículo rápidamente, comprobar si hay fugas y revisar varios puntos de la unidad.
Luego te darán el diagnóstico junto a su opinión de expertos, algo que puedes utilizar para tomar una decisión a partir de ahí. Ellos te podrán decir los trabajos y precios que necesita el vehículo en caso de que lo compres. Ya dependerá de ti si quieres gastar este dinero extra en el vehículo.
Antes de manejar el carro, querrás inspeccionarle primero. Camina alrededor y obtén una buena inspección visual general. Asegúrate de que no haya ondulaciones en los paneles de las puertas, ya que esto puede sugerir que el carro ha estado en algún accidente. Busca huecos irregulares entre las puertas y a lo largo del bonete. Inspecciona si hay fugas de coolant, aceite, liquido de transmisión o gasolina.
Examina el área donde ha estado estacionado el vehículo para buscar puntos de fugas. A continuación querrás abrir las puertas y el baúl. Prueba las luces, controles, aire acondicionado y el radio. Abre el bonete y verifica si hay fugas. Mientras el motor esté en marcha, querrás escuchar golpes, silbidos o chirridos. Comprueba que todos los neumáticos estén en buenas condiciones.
Una vez conduzcas el carro, tu primera impresión debe ser la forma en cómo se siente. ¿Se siente cómodo? ¿Son fáciles de usar los controles? ¿Tiene espacio suficiente para tus piernas y altura para tu cabeza? Si tienes la posibilidad de manejar el vehículo frio, deberás aprovecharlo. Algunos carros viejos pueden tener dificultad al encender, así al estar fríos esto revelará cualquier problema que pueda tener. Ajusta el asiento, los espejos y apaga el radio antes de arrancar, ya que querrás escuchar el motor y cualquier ruido que tenga.
Asegúrate de tomar en cuenta estos puntos mientras hagas tu prueba de manejo:
- Acelera desde cero
- Busca puntos ciegos
- Escucha el sonido del motor
- Escucha como hace el cambio la transmisión
- Frenado
- Comportamiento en curvas
- Suspensiones
- Asegúrate de probarlo en una autopista donde puedas desarrollar la velocidad alta
Siguiendo estos puntos te ayudaran a realizar una evaluación precisa del vehículo antes de tomar tu decisión de compras.